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La vigilancia y la seguridad son temas que han adquirido relevancia en la actualidad, tanto en el ámbito corporativo como el doméstico. Todos quisieran contar con un completo sistema de vigilancia, que permita evitar los delitos o poder identificar a los autores de un robo o de una conducta indebida.

Sin embargo, el sistema tradicional de vigilancia a través de un circuito cerrado de televisión (CCTV), presenta múltiples debilidades, las cuales han sido constatadas por las empresas que usan este servicio. Uno de sus principales problemas es el alto costo de mantención.

Cuando se opera bajo este sistema análogo, hay que ocupar tres cassetes todos los días, para grabar las 24 horas. Posteriormente, hay dos alternativas: o se reciclan las cintas, regrabando sobre ellas, lo que de todas maneras no se puede hacer infinitamente, o se almacenan en una bodega especial para recuperar la grabación. Además, para que todo funcione a la perfección, hay que cambiar los equipos de grabación más o menos cada seis meses, porque después de ese tiempo generalmente comienzan a tener problemas técnicos. Finalmente, hay que tener en cuenta el factor humano, puesto que si hay más de dos cámaras vigilando diversas partes de un mismo edificio o lugar público, sólo basta que el guardia de seguridad se distraiga un minuto para que nadie sepa que algo ocurre.

Con todas estas debilidades del sistema tradicional, la llegada de la tecnología digital marcó un hito en el tema de la vigilancia y la seguridad, con la aparición de la tecnología Digital Video Recording (DVR). Esta tecnología convierte las imágenes analógicas a lenguaje digital, activa la grabación de eventos por el movimiento o por horarios programados y almacena las imágenes en formato JPEG, MPEG y Wavelet, archivado de video en el disco duro, acceso a visualización remota de las cámaras en una red LAN, Internet o por vía telefónica y mostrar una o varias cámaras en la pantalla del PC, lo que marcó una importante simplificación de dinero y espacio en los sistemas de seguridad. 

Sin embargo, lo último en tecnología es la vigilancia sobre Internet, donde a través de un número IP se puede observar lo que ocurre en un lugar remoto en tiempo real, almacenarlo y comunicarlo a las personas que se quiera. También puede incorporar la tecnología WiFi, permitiendo su instalación en cualquier lugar sin necesidad de cableado.

Las principales ventajas de esta tecnología son el bajo costo de mantención, la facilidad de instalación y la calidad de la imagen (superior a la análoga), además de otros beneficios en la aplicación misma, como las avanzadas capacidades de búsqueda (sin necesidad de buscar ni rebobinar cintas), la posibilidad de estar grabando y revisando los archivos en forma simultánea, y un mejoramiento en el sistema de almacenamiento.

A través de este sistema de vigilancia, es posible que varias personas revisen la misma imagen desde computadores y lugares diferentes. Por otro lado, las cámaras de vigilancia de hoy poseen una mayor tecnología, y todos los rangos de precios. Pueden ser inalámbricas o cableadas, con diferentes ángulos de movimiento, y poseer audio unidireccional o bidireccional (con micrófono y parlante incorporado).

Esta amplia gama de posibilidades abre nuevas dimensiones en el ámbito de la vigilancia y la seguridad. Algunos ejemplos son la prevención de incendios, la vigilancia de personal en todas las industrias, la supervisión de procesos industriales peligrosos para el hombre, la posibilidad de realizar exámenes, diagnósticos y hasta cirugías de forma remota, la vigilancia de tiendas, estacionamientos, calles y lugares públicos, y por supuesto, la seguridad en el hogar, ya sea observando el comportamiento de la niñera en la casa desde la oficina, o vigilando el hogar cuando la familia está de vacaciones, desde cualquier computador conectado a internet. Por supuesto, las imágenes que capta la cámara no son de dominio público, sino que existe una clave a la que sólo pueden acceder los usuarios autorizados.